Cañas y tapas

Otra vez en Bruselas. Parece que ha pasado una eternidad desde el día que llegué a Madrid y sobreviví a la T4, la siesta de 4 horas en el sofá, y cuando por la noche fui a buscar a Samuel al aeropuerto (todo contento porque era el primero en salir del avión). ¿Y después? Paseos por un Retiro lleno de lilas, por mi barrio en busca de zapatos "made in Spain", y por el centro.




Brasserie en Madrid (c/ Cuchilleros)


De turisteo por el día y viendo amigos por la noche. A los que estaban, que con eso de ir en vacaciones la cosa de ver a la gente se complica todavía más. Por supuesto un saludo y un gracias gigante a Juan, a Paco, a Gema, a Alberto, a Inés, a Loli y a Patri :) Y uno todavía más GORDO a mi niña que estuvo conmigo dos horas en el aeropuerto hasta que salió mi avión y a mi mamá que le enseñó a un normando lo bien que se come pescado a tantos km del mar. A Jose Luis por venir a cenar con nosotros. Y a Noelia, a Laura y a María, aunque no las pude ver :)




Autofoto en Correos


Pero lo mejor de todo. Ser testigo de cómo Samuel descubre un mundo alucinante ;) Las mini farmacias (claro que a mí me parecían enormes de aquí...), las cenas a base de pimientos de Padrón, jamón serrano y pulpo a la gallega y otras delicias del país, las obras en Madrid (o el rodeo de 10 minutos que hay que dar para entrar en Atocha), las cervezas con limón, la mahonesa sin mostaza, la paella sin chorizo y el gorroneo de bocadillos y refrescos en el zoo. Aunque de eso todavía se está recuperando...